¡CASTIGOS!?
Para entendernos diremos que el castigo es un procedimiento mediante el cual se pretende influir en la frecuencia de un comportamiento para provocar la disminución del mismo o bien su completa eliminación.
Existen dos tipos de castigo en función de si actúan mediante la administración de estímulos aversivos o la eliminación de una estimulación positiva: el castigo positivo y el castigo negativo respectivamente.
En ambos casos el castigo debe aplicarse de manera contingente a la conducta a disminuir, de manera que pueda considerarse una consecuencia de la
acción.
Ya hemos dejado claro en el capítulo anterior nuestra preferencia en el ámbito
educativo por el uso sistemático de
refuerzos de conductas adaptativas que aparecen en el contexto natural. El sólo uso del castigo como herramienta pedagógica
produce consecuencias a menudo no deseables en el mundo educativo (deterioro
de la comunicación y la confianza, aparición de respuestas emocionales disruptivas,
deterioro de la autoestima en los implicados, promociona respuestas agresivas,
genera inseguridad en las partes, dificulta el respeto por uno mismo y por los
demás, desarrolla comportamientos sumisos…).
Como en nuestros reglamentos aparecen
suficientemente explicados las consecuencias de los comportamientos
disruptivos, sólo hacer aquí unas
consideraciones acerca de su uso:
1º)-Es importante que los alumn@s conozcan
claramente desde
el primer día, las consecuencias
negativas que tendrán los comportamientos contrarios a las normas de
convivencia del centro, y la razón de los mismos.
2º)- Cuando los propios alumn@s pueden implicarse de alguna manera en el establecimiento
de esas normas,
en su modificación y/o aplicación razonada, la adhesión a las mismas es mayor y
su aceptación es natural.
3º)- El uso del castigo debe hacerse dentro de un
clima de respeto mutuo,
evitando situaciones en sí mismo aversivas (gritos, faltas de respeto…) que
disminuyen y contaminan lo dicho en el apartado 2º.
4º).- Cuando estamos muy irritados con un alumn@ por un
comportamiento determinado es mejor dejar pasar un tiempo para serenarnos: con la mente clara
las decisiones y la forma en que se expresan serán más adecuadas.
5º).-Igualmente, si un alumno está muy enfadado,
descontrolado…etc. debemos ponerle en situación de tiempo fuera, en un lugar donde pueda calmarse y
reflexionar. Querer razonar con él en ese momento es una pérdida de tiempo para
tod@s.
6º) Muchos comportamientos negativos dentro del aula están
motivados por necesidad personal de llamar la atención a los adultos, aunque
sea de forma negativa. El detener la clase y tratar de dialogar con un alumno
que claramente se está saltando las normas a propósito suele reforzar su conducta
y servir de modelo negativo para sus compañeros. Las consideraciones que se deban hacer
a un alumno han de hacerse privadamente, de forma serena, mejor fuera del aula, informándole claramente
del comportamiento que queremos que cese, de las alternativas que tiene al
mismo, y recordándole las consecuencias que se derivarán si no lo cambia.
Siempre es necesario ofrecerles “hasta setenta veces siete”, la oportunidad de enmendar sus errores.
7º).- Las consecuencias derivadas de un comportamiento
disruptivo deben estar relacionadas,
siempre que sea posible, con el comportamiento realizado, de forma que el alumno pueda “enmendar”, reponer, reparar…la conducta.
Deben ser ajustadas al mismo, en tipo y
en proporción, pues perseguimos un fin educativo y
pedagógico que beneficie a tod@s los implicad@s, no buscamos ni vencedores ni vencidos.
8º).- Si se prometen unas consecuencias en una situación y no se cumplen,
el comportamiento perturbador aumentará, la mayoría de las veces hasta límites
insostenibles en un aula. Las consecuencias “ofrecidas” ante las conductas
disruptivas deben estar pensadas con anterioridad, deben ser posibles en el
ámbito educativo, deben ser coherentes, justas y ajustadas a la conducta y al tipo de alumno, sin levantar la voz y en
un ambiente de respeto. No hay mayor refuerzo para nuestros alumnos que ver a
una figura de autoridad fuera de control.
9º).-Ante indicios de comportamientos de bullying, acoso…u
otros en los que algún compañero/a sea
víctima, es necesario actuar rápidamente y con decisión. Es importante hablar personalmente con los implicados y
ofrecer un resarcimiento al ofendido.
10º).- Y siempre será importante conocer bien a nuestros alumn@s. Lo que castiga a un@s a veces refuerza a otr@s: si la
conducta negativa aumenta, debemos cambiar las consecuencias aplicadas.
También es importante reconocer que un pequeño refuerzo
que lo sea de verdad o una mínima retirada del mismo de forma consistente, producen la mayoría de
las veces el cambio deseado.
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