Y Fueyo, nombre que recibió el
primer quebrantahuesos nacido en cautividad en el Pirineo oscense, desplegó sus
poderosas alas y voló, con su particular elegancia de coordinado titán, sobre
sus territorios favoritos entre las cimas rocosas. Y cuando sobrevoló el
tridente de “Los Infiernos”, el silencio, que solo se produce en las catedrales
que la naturaleza crea caprichosamente, se extendió entre las personas que
aquel día habían alcanzado la cima. El batir de las alas de un quebrantahuesos
cuando surca el aire sobre tu cabeza susurra palabras a quien quiera
escucharlas que solo esa persona puede interpretar. Por ello, aquel día los
deportistas que subieron con la única intención de superar un reto físico,
descendieron junto a la “marmolera” convencidos de la necesidad de preservar
momentos como aquel para futuras generaciones.
En una vitrina del vestíbulo del
IES, el niño suahili de 72.000 años dormita confortado en la almohada de hojas
delicadamente dispuestas por sus seres queridos. Hace poco descubrimos que
aquellos fósiles encontrados en África, pertenecen a un muchacho de tres añitos
que ha abandonado su fría condición de primate-ancestro-del-ser-humano
cuando Fernando le dotó de cara y expresión, y solicita un poquito de ternura y
empatía desde su postura sedente. Hoy viaja por todo el mundo y es la imagen
más reconocible del primer enterramiento conocido de un ser humano.
Cada árbol que enraíza en el
vestíbulo y el pasillo del instituto, cuidadosamente custodiados y atendidos
por Pili, Maribel y Angustias, tiene una personalidad diferente, aunque algunos
pertenezcan a la misma especie… curiosa e interesante enseñanza: al igual que
las personas, no todas somos iguales. Qué tristeza si así fuera.
Fernando Fueyo nos honró con su
visita al IES Bergidum Flavium de Cacabelos hace un par de semanas y con él
trajo pinceladas de color y mucho más. Con su cercanía conquistó nuestros
corazones de inmediato y se produjo el SILENCIO. Nosotros los docentes sabemos
que hay varios tipos de silencio. Está el silencio impuesto y en
contraposición, el silencio sentido, que es aquel que no hay que exigir, que
surge con naturalidad y cuando llega, emergen las experiencias educativas más
elevadas… es muy fácil de reconocer. El encuentro entre Fernando y el alumnado
del instituto que, en principio se iba a prolongar durante una hora, se
convirtió sin saber cómo, en dos horas, porque nadie quiso moverse de su sitio,
ni Fernando, ni los alumnos. Ni siquiera el timbre avisando del final de la
mañana y el salir de los autobuses de transporte escolar consiguió romper la
magia del momento…
Fernando Fueyo ha entrado a
formar parte de la comunidad educativa del IES Berdidum Flavium con tanta
fuerza, que será muy difícil no reconocer su huella en los detalles de nuestro
día a día. Presente en el centro con sus ilustraciones, que son historias,
experiencias y emociones condensadas en una lámina, sigue con mucho interés
desde su estudio asturiano las evoluciones de un grupo de incipientes artistas
que disfruta haciendo salir de la pared en la que siempre han estado, pero no
habíamos descubierto aún (como insiste Fernando), a unos preciosos abedules que
compartiremos. La personalidad del grupo de artistas se ha fortalecido
visiblemente en estas semanas. No es casualidad. El intercambio está ahí, la
experiencia educativa en la que nos hemos embarcado los Departamentos de
Extraescolares, Educación Plástica, Educación Física, Biología y Geografía e
Historia es un regalo único que esperamos pueda tener continuidad a lo largo de
los años. Sea como sea, nuestra mochila viajera sigue sumando y aprendiendo.
Muchas gracias por tu
generosidad, Fernando.
Elena de la Puente
Dpto de Educación Física del IES
Bergidum Flavium
Estupendo 👏👏
ResponderEliminarGran post, Elena. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarFue todo un placer conocer a una persona que lleva tantas historias consigo y que sabe cómo contarlas. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarGracias, Elena, por relatar tan entrañablemente la experiencia de conocer y aprender de Fernando Fueyo.
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