Una sencilla práctica de laboratorio que nos permite separar el ADN de una muestra biológica
Tras estudiar la estructura molecular de los ácidos nucléicos con los estudiantes que cursan Biología en 2º de Bachillerato, hemos realizado una práctica para hacer visible "eso" de lo que todos hemos oído hablar, el ADN, y a lo que nunca hemos puesto "cara".
Todos hemos oído hablar de la doble hélice de ADN e, incluso, sabemos que está encerrado en el núcleo de todas nuestras células. También hemos visto como es algo importante para resolver la trama en muchas series y películas policíacas.
Sin embargo, es muy posible que no sepamos mucho más allá de su naturaleza y, por ello, vamos a aprovechar este artículo para contaros algunas de sus características:
- el ADN o ácido desoxirribonucléico es la más grande y compleja molécula de los organismos y la que encierra la información o las instrucciones para el funcionamiento de todo organismo vivo.
- el ADN está almacenado en el núcleo de las células eucariotas, las de todos los seres vivos que no somos bacterias.
- las moléculas de ADN son larguísimos filamentos con estructura de doble hélice
- cada especie de ser vivo encierra, en el interior del núcleo de cada una de sus células, un número característico de esos filamentos de ADN. Ese número de filamentos coincide con el número de cromosomas de la especie. Y esto es así, porque cuando una célula se prepara para dividirse, sufre una serie de cambios que hacen que desaparezca su núcleo y que el ADN que éste encerraba se "empaquete", dando lugar a lo que conocemos como cromosomas.
En la práctica que ahora os explicamos, extraemos el ADN de una muestra de guisantes. También se pueden otros productos vegetales como fresas o plátanos.
El objetivo de esta práctica es separar el ADN del resto de una muestra de guisantes. Para ello hay que conseguir que se convierta en un elemento insoluble dentro de una mezcla acuosa. Después se recogerá dentro de otro disolvente.
Al triturar los guisantes con la batidora se rompen los tejidos y esto permitirá que el lavavajillas, con su potente efecto detergente, consiga desorganizar las membranas celulares y nucleares de naturaleza lipídica. De esta manera quedará liberado el ADN nuclear que quedará solubilizado en la mezcla acuosa.
Gracias a las enzimas proteolíticas que contiene el zumo de piña se consigue liberar al ADN de las proteínas que tiene asociadas (histonas) asociadas. La sal, por su parte, va a modificar la solubilidad de las proteínas histónicas facilitando aún más su separación del ADN. Por otra parte, los cationes Na+ (recordemos que la sal común es cloruro sódico NaCl) van a neutralizar las cargas negativas de los grupos fosfato del ADN, lo que va a hacer que sea menos hidrófilo y, por tanto, menos soluble en agua.
Al añadir el etanol, al ser más ligero que el agua se situará por encima de la mezcla acuosa y los filamentos de ADN tenderán a "escapar" del medio acuoso. Al estar el alcohol muy frío la solubilidad del ADN en este medio va a disminuir y los filamentos de ADN van a precipitar aglutinándose y formado unos "amasijos" de filamentos blanquecinos perfectamente visibles que ascienden por la columna de etanol:
¡ HEMOS CONSEGUIDO SEPARAR EL ADN !.
Interesante y revelador.
ResponderEliminarMuy interesante.
ResponderEliminarLo que Dios unió, ahora lo separa el hombre.
ResponderEliminarYa en serio: un magnífico trabajo y una fantástica presentación, Emilio
Muchas gracias, Xavi.
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