Si un escritor merece el reconocimiento de una comarca como la de El Bierzo y de un pueblo como el de Cacabelos, este sería Raúl Guerra Garrido, porque, si bien nació en Madrid y fue vasco de adopción, él se sentía berciano de vocación.
Esas tres geografías son, en gran
medida, el germen de su obra. Una obra cargada de sabiduría “experiencial”, de
libertad, verdad, belleza, honradez y compromiso. Como dice el propio autor ”La vida necesita estar en contacto con ciertas verdades”.
Una de esas verdades es su
intenso compromiso personal y político con el País Vasco. Fue miembro fundador
del Foro de Ermua y de la organización Basta Ya, muy crítico con el
nacionalismo vasco, con el uso de las armas y con la ahora desaparecida banda
terrorista ETA. De hecho, vivió en carne propia los ataques terroristas a su
farmacia hasta que se la destruyeron el 21 de julio de 2001.
El Bierzo, a quien convierte
muchas veces en un espacio mítico, lo denomina “espinazo del Camino de
Santiago” o “vergel rodeado de montañas áridas” y, sobre todo, Cacabelos
simbolizan el encuentro con la tierra de sus antepasados y la infancia feliz.
Su abuelo materno, don José Garrido Ojeda, era boticario de Cacabelos, hombre
liberal y de formación ilustrada, y que pudo tener un papel decisivo en el
escritor.
Muchos familiares y amigos bercianos protagonizan, con otros nombres, personajes de sus novelas. Entre las obras que toman como transfondo argumental El Bierzo y sus gentes podemos señalar: El año del Wolfran (1984), Viaje a una provincia de interior (1990), El otoño siempre hiere (2000) y Cuaderno secreto (2003).
En El otoño siempre hiere vemos coincidencias con el propio autor. En ella hace una reflexión sobre el hecho de que un día vas a morir, “ memento mori”, pero lejos del tópico literario terrible, nos presenta la muerte como algo consustancial a la vida y este hecho de aceptación hace que le gane la batalla y mantenga el tono vitalista hasta el final.
Decía Raúl: "Los que vivimos en
El Bierzo y amamos esta tierra, nos sentimos también parte de ella”. Nos
sumamos a este dicho y desde nuestro instituto, el IES Bergidum Flavium, todo nuestro reconocimiento a
este autor que pone un pequeño reducto de la geografía en el mapa de España con
mayúsculas y que hace que la memoria colectiva de nuestro pueblo no
caiga en el olvido.
Pedro Vega, Profesor de Lengua castellana y Literatura
Pedro Vega participó en 2008 con varias alumnas de 3ºESO en la IIª EDICIÓN de los PREMIOS DIDÁCTICOS BERGIDA del Instituto de Estudios Bercianos, alzándose con el primer premio. Pinchando en la imagen inferior se puede acceder a la presentación de fotografías, textos y palabras de Raúl Guerra Garrido premiada. La mayor parte de las fotografías son originales, tomadas por Pedro Vega. Aparecen fotos familiares del autor cedidas en su momento muy amablemente por su esposa.
Fantástico post, Julia. Felicidades también a Pedro por ese magnífico trabajo premiado en su momento por el Instituto de Estudios Bercianos. Dijo Guerra Garrido que "El Bierzo es un estado de ánimo" y ahora el ánimo berciano está algo alicaído tras la pérdida de un escritor sensacional. El otoño siempre hiere.
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