A la caida de la tarde marchamos hasta nuestro albergue en la vecina Santoña, en dónde dormiríamos y realizaríamos una buena parte de las actividades del día siguiente.
"Dormir" en tiendas canadiense fue toda una experiencia para la gran mayoría: tuvieron la suerte de conocer el abundante bicherío local.
Por la mañana vinieron nuestros simpáticos monitores del día anterior para proseguir con las actividades de escalada y tiro con arco con una parte del grupo. Mientras, la otra mitad se acercó al Centro de Interpretación de las marismas de Santoña, en dónde recibieron una muy buena explicación del guía que nos acompañó.
Pasamos dos días muy buenos y seguro que más de un@ vuelve a este hermoso lugar. Muchas gracias a las madres que nos acompañaron.
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